El padre Juan Hernández Pico, S.J. aportó al ciclo de conferencias sobre el eje del hábitat con su exposición sobre el capitalismo como generador de la violencia de forma especial en El Salvador. El padre Pico invitó al desarrollo del pensamiento crítico a partir de un ensayo magistral que donde analiza las causas estructurales de la violencia en nuestro país a partir de un recorrido histórico protagonizado por la injusticia, la impunidad, y la ausencia de la restitución real de la dignidad ante tanta violación de derechos humanos.
Existe una opinión pública que está a favor de planes de seguridad a corto plazo. De acuerdo a las cifras proporcionadas por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), el 75.7% de la población encuestada en el 2015 opinaba que la delincuencia, seguridad y violencia constituye el principal problema del país.
Las peores consecuencias de esto son para las personas pobres, para los más jóvenes que viven en lugares marginados, y hoy en día también para los caseríos rurales del país y del Triángulo Norte de Centroamérica. Como causa principal de todo esto, de acuerdo a la exposición del Padre Pico, está el capitalismo salvaje, propio de los países centroamericanos, siendo su esencia la falta de sentido de la ciudadanía común.
No obstante, desde 1992, el autor afirma que la violencia en el país tiene cuatro fuentes principales: 1) el capitalismo delincuencial, donde se encuentra el gran crimen organizado 2) el capitalismo de las pandillas de los barrios urbanos y caseríos rurales 3) la cultura de la violencia, proveniente de raíces patriarcales y modelo histórico de división de ricos y pobres y 4) el escudo de las clases dominantes para defenderse de los impuestos progresivos.
En conclusión, se afirma que el fenómeno de la violencia que se ensaña y domina la juventud tiene raíces estructurales en el capitalismo delincuencial y requiere la puesta en marcha de programas de inversión pública y acuerdos políticos. Es por ello que se necesitan de reformas fiscales, alianzas centroamericanas, una mirada transnacional para combatir el tráfico de drogas y de armas, una respuesta estructural a largo plazo para transformar las condiciones de vida, y la transformación del hábitat: derecho a techo, salud, trabajo humanamente digno, valores humanos, recreación y dotación de espacios humanizantes